La astronomía es una de las ciencias más antiguas de la historia de la humanidad. Desde el inicio de los tiempos, hombres y mujeres miraban al cielo con asombro y curiosidad, así que mediante sus observaciones comenzaron a descifrar algunos enigmas y adquirir conocimientos que aplicaban en su día a día que transmitían de generación en generación: tal es el caso, de los ciclos de la luna y el sol, o del transcurso de las estaciones.
Durante los cuatro días del campamento, hemos repasado conocimientos básicos sobre cómo era la vida en la Prehistoria y en qué períodos se divide, pero sobre todo, hemos ahondado en sus descubrimientos, sus prácticas diarias de caza, pesca y de recolección, en el nacimiento de sus poblados y, sobre todo, hemos disfrutado con sus manifestaciones artísticas. Tanto es así, que hemos realizado nuestras propias pinturas rupestres y nuestra propia cueva.
La combinación de explicaciones y puesta en práctica de los conocimientos adquiridos, a través de su aplicación en el desarrollo de manualidades, es una de las directrices pedagógicas que con más regularidad aplicamos en nuestros talleres y campamentos, pues no hay mejor forma de reforzar el conocimiento que poniéndolo en práctica.
Una forma fascinante de conocer el nacimiento de la Astronomía es a través de los ojos de los primeros hombres y mujeres que comenzaron a preguntarse el por qué la luna cambiaba su apariencia o por qué las estrellas se desplazaban en el transcurso de la noche. Para ello hemos investigado las primeras representaciones astronómicas en pinturas rupestres, así como el fenómeno megalítico y sus vinculaciones directas con la astronomía. En gran parte, los megalitos están orientados estratégicamente con los puntos cardinales y / o momentos icónicos como solsticios o equinoccios.
Nuestro proyecto grupal fue la construcción de una cueva como ya se hacía hace miles de años: dejando la huella de nuestras manos y representando animales, estrellas y miembros de la tribu. El resultado ha sido fantástico, fruto de la colaboración de todos los participantes del campamento, completada con todas las ideas e ilusión. Aquí os dejamos la historia de nuestra cueva.
También disfrutamos de las primeras civilizaciones mesopotámicas, conocimos sus avances en astronomía, sus calendarios lunisolares, cómo aplicaban sus conocimientos matemáticos y las tablillas de arcilla en las que se conservan los registros de sus observaciones al sol, la luna, las estrellas y los planetas.
El nacimiento de la escritura es el descubrimiento que más nos fascinó, por lo que decidimos practicar la escritura sobre arcilla fresca y crear nuestra propia tablilla, al más puro estilo arcaico, y escribir nuestro nombre siguiendo el abecedario cuneiforme. De este modo nos sentimos escribas mesopotámicos por una mañana.
Gracias por vuestra participación en el campamento y por haber compartido con nosotros estas cuatro mañanas llenas de historia, astronomía, manualidades y diversión. ¡Nos vemos muy pronto en otra gran aventura científica!