Planetario de Pamplona acoge desde este próximo 26 de septiembre hasta el 19 de octubre una nueva exposición. Consiste en un mágico recorrido por nueve siglos de historia a través de las obras maestras de las mejores bibliotecas y museos del mundo.
La muestra reúne más de una veintena de códices iluminados que conforman un gabinete de maravillas de ensueño, al estilo de los cuartos en los que desde época renacentista emperadores, reyes y nobles atesoraban y exhibían sus posesiones más preciadas y exóticas. Una colección de códices de lujo que, a la vez, es uno de los mejores testimonios del genio y la creatividad humana.
El legado científico, cultural y artístico que contienen estas obras maestras se presenta en cinco apartados: la percepción del tiempo, el ocio, arte y bienestar, la devoción, el espíritu explorador y, por supuesto, el hambre de conocimiento. Esta variedad de temáticas refleja las ambiciones, las inquietudes y la complejidad del ser humano en su afán por entender el mundo.
El paso del tiempo, y cómo lo percibimos, queda plasmado a través de suntuosos libros de horas y sus calendarios, bellamente ilustrados con actividades propias de cada mes, como, por ejemplo, el Libro de horas de Enrique IV de Francia y III de Navarra, cuyo nivel de fastuosidad es tal, que todas sus páginas tienen un fondo completamente dorado. Ofreciendo otra perspectiva sobre este mismo tema, también encontramos inquietantes imágenes del Fin de los Tiempos de algunos Apocalipsis como el de Val-Dieu.
La actividad lúdica y artística medieval, por lo general, iba más allá de lo mundano y contribuía al perfeccionamiento del alma a través del cuerpo. Esta idea quedó patente en tratados de salud como el Tacuinum Sanitatis, sorprendentemente moderno, pues su texto, escrito en el Bagdad del s. XI, otorga la misma importancia al bienestar corporal que al mental; tratados de cinegética como el Libro de la Caza de Gaston Fébus, que más allá de una lección de caza, ofrece una lección de vida, pues concibe la montería como un ejercicio de redención para acceder al Paraíso; tratados de sexología como el Lazzat al-nisâ, una traducción persa del Kokashastra indio, etc.
La devoción y la fe fueron el impulso de grandes creaciones que, por su genialidad y grandeza, han permanecido en el tiempo. Hablamos de monumentos bibliográficos como la Biblia de San Luis, el Breviario de Isabel la Católica, el Beato de San Pedro de Cardeña...
El espíritu explorador tiene su mejor exponente en la cartografía de la Época de los Descubrimientos, «la ciencia de los príncipes», con atlas y mapas que ilustran la expansión europea hacia el Lejano Oriente y el Nuevo Mundo. Entre ellos, destaca el Atlas universal de Fernão Vaz Dourado (Goa, 1571), que aporta gran precisión e innovación en sus representaciones de la costa de Extremo Oriente y el archipiélago japonés, en una época en que éstas eran, por lo común, aventuradas e inexactas.
Finalmente, el deseo humano de entender el mundo, motor de las ciencias, abarca disciplinas como la astrología, la alquimia, la medicina y farmacología… En este espacio se encuentra el Dioscórides de Cibo y Mattioli (c. 1565), cuyas minuciosas ilustraciones de plantas medicinales supusieron una contribución artística de gran relevancia, tanto para la incipiente ciencia moderna como para la historia de la ilustración botánica y paisajística. Aquí se encuentra también una de las obras más singulares de la exposición, que merece una atención especial: el Tratado de Albumasar (mediados del s. XIV), uno de los libros de imágenes más fascinantes de la Edad Media. Su texto está formado por fragmentos de la obra del mayor astrólogo árabe de la historia, Albumasar.
La importancia del Tratado de Albumasar radica en que por primera vez se compendia la mitología astral de las grandes civilizaciones –la egipcia, la persa, la india y la griega– en un solo libro ricamente ilustrado. De hecho, la astrología dejó su impronta en casi todas las ramas del saber medieval; al final de la Edad Media, se enseñaba en las grandes Facultades de Medicina de Europa, pues el conocimiento de la posición de los astros se consideraba esencial para los pronósticos médicos. Su bellísimo ciclo iconográfico incluye no solo singulares representaciones de los planetas y los signos del zodiaco, sino también una serie de desconcertantes figuras de constelaciones ideadas por las diversas culturas para fijar la posición de las estrellas.
Los tesoros que conforman este gabinete de las maravillas pertenecieron a la biblioteca de personajes tan relevantes como Alfonso X el Sabio, Isabel la Católica, Carlos V, Manuel I de Portugal, el Sultán Murad III, Luis IX de Francia o Catalina la Grande. Hoy en día se custodian en las grandes bibliotecas y museos del mundo. Resulta difícil imaginar cómo sería nuestra cultura si estos códices no hubieran sido creados y su saber difundido. Su peso en la construcción de nuestra identidad ha sido fundamental; según el filósofo y escritor Umberto Eco, sin ellos no seríamos lo que somos...
Conferencia inaugural
La inauguración de la exposición para el público tendrá lugar el jueves 26 de septiembre a las 19:00 horas con la conferencia Del saber de las estrellas: el Tratado de Albumasar, a cargo de Javier Armentia, astrofísico, divulgador científico y director del Planetario de Pamplona.
Para asistir a la conferencia, dado que el aforo es limitado, es necesario reservar plaza en el teléfono 93 240 20 91 o en el correo electrónico info@moleiro.com.
La editorial
La editorial M. Moleiro lleva 33 años dedicada al estudio, restauración, conservación y clonación de obras maestras del patrimonio bibliográfico mundial ricamente iluminadas. Para realizar esta labor trabaja en complicidad con las bibliotecas y museos más importantes del mundo que conservan estos tesoros.
Su propósito es realizar un códice idéntico al original, un clon, que pueda sustituirlo en exposiciones, estar a disposición de investigadores y protegerlo para las generaciones futuras. La confección y encuadernación de los códices son idénticas a la del original. Sus páginas se elaboran en un soporte especialmente creado para lograr su mismo grosor, tacto y olor. Todas las ediciones son primeras, únicas e irrepetibles, limitadas a 987 ejemplares, numerados y certificados con un acta notarial que da fe de su exclusividad.
Cada códice se acompaña de un exhaustivo libro de estudios ―publicado en español, inglés y francés―, ricamente ilustrado, que permite comprender la obra en su totalidad, escrito por los mayores expertos en la materia a nivel internacional.