Martín de Rada: Un navarro que acercó China y el aula de los talleres

20/05/2014

El Aula y Taller Martín de Rada

[caption id="attachment_474" align="alignleft" width="300"]Sala Martín de Rada del Pamplonetario, ahora la sede del laboratorio del Centro de Robótica Educativa de Navarra Sala Martín de Rada del Pamplonetario, ahora la sede del laboratorio del Centro de Robótica Educativa de Navarra[/caption] Un espacio que ha cambiado recientemente su fisionomía en el Planetario de Pamplona es el Aula del subsuelo, donde hemos acogido a lo largo de estos años muchas exposiciones y otras actividades y donde tenía su sede la exposición permanente del Planetario de Madrid y del Planetario de Pamplona sobre el Color del Universo. Con la puesta en marcha del Centro de Robótica Educativa, que tiene su centro de actividades en esta sala, hemos abierto un nuevo camino, pero hemos mantenido el recuerdo al agustino pamplonés que acercó Oriente y Occidente en el siglo XVI. Como en el caso de Francisco Vicente de Tornamira, se suele reconocer a Rada el oficio de cosmógrafo. Como el sabio Ibn'Ezra, también fue matemático. Los tres honran con su nombre la memoria de estas tierras y nos alientan al Planetario para llevar la ciencia a todas las gentes...  

Un cosmógrafo que quiso evangelizar China

rada-cuadroMartín de Rada nació en Pamplona en 1533 y se hizo fraile agustino en Salamanca, en cuya universidad estudió también. Se suele comparar a este agustino con otro cosmógrafo contemporáneo, el guipuzcoano Andrés de Urdaneta. Martín pertenecía a una de las doce familias nobles del Reino de Navarra, descendiente de los Ximénez de Rada, hijo de León, que pertenecía al Consejo Real. Sus primeros estudios los realizó en la Universidad de París, para luego ingresar en la orden Agustiniana cuando tenía 20 años. Visitó las Indias, en México estuvo en 1557, demostrando, cuentan las crónicas, un fervor misionero, que le llevó precisamente a acompañar a Urdaneta en la expedición que organizaba con Miguel López de Legazpi desde las tierras mexicanas a Filipinas. En Cebú, una isla de las Filipinas, formó parte de una rama específica de los agustinos, los Agustinos Filipinos, y allí comenzó a prepararse para entrar en la impenetrable China, aprendiendo la lengua de chinos expatriados del Celeste Imperio. Paralelamente, fue defensor de los indígenas (le apodaron "el de las Casas de Filipinas", en recuerdo a la defensa de los aborígenes americanos de fray Bartolomé). En 1575 fue, con Jerónimo Martín, el primer español en llegar a Chna, imperio que, más allá de todo conocimiento que pudieran tener (y que era ciertamente escaso), pretendía evangelizar. Para ello contaban con unos pocos soldados, pero como comentaba Martín de Rada en una carta al rey Felipe II planteándole la colonización del gran país, "la gente de China no es nada belicosa... Mediante Dios, fácilmente y con no mucha gente, serán sujetados". La historia mostró que todas esas ideas eran simplemente ingenuas. Y realmente los contactos con China comenzaron porque las autoridades de la provincia china de Fujian se ofrecieron para comenzar relaciones comerciales con los españoleas, a cambio de que estos eliminaran la amenaza al comercio marítimo del pirara Ling Feng. Fue esto lo que facilitó esa embajada española que consiguió permiso para establecer un enclave en la costa china. Los relatos hablan de las enormes vicisitudes que no permitieron demasiadas relaciones, pero aún así, Martín de Rada consiguió obtener gran información sobre el Imperio Chino, su historia, la sociedad, lo que le permitió redactar varios diccionarios, y su diario de memorias, publicado en dos partes. La primera era la "De los que les sucedió a los padres Martín de Rada y fray Gerónimo Marín en su embaxada de China hasta que volvieron a Manila con los Capitanes españoles que los acompañaron", y la segunda: "Relación verdadera del reyno Taibin, por otro nombre China, y del viage que a él hizo el muy reverendo padre fray Martín de Rada, provincial que fue del orden de San Agustín, que lo vio y anduvo, en la provincia de Hocquien, año 1575 hecha por el mismo". Se trata de una obra sorprendente, un completo análisis de la cultura, la economía y la sociedad de China, que también recoge historia, etnografía, hasta vestimentas. Se suele decir que los datos recopilados por Martín de Rada permitieron confirmar que la Catay de Marco Polo era, precisamente, China. Y el agustino pamplonés ha pasado a la historia como el primér sinólogo de Occidente. Murió en 1578 cuando participaba en una expedición a Borneo.Aunque se menciona a Martín de Rada como cosmógrafo y matemático muy preparado, su devoción misionera ha eclipsado esta dedicación que, en todo caso, reconocemos en el Planetario nombrando nuestro lugar de experimentos y conocimiento abierto. En cualquier caso Urdaneta comentó de él: "buen matemático e astrólogo e cosmógrafo, e muy gran aritmético, hombre de claro entendimiento, llevó consigo desde la Nueva España, por mi intercesión, un instrumento de mediana grandeza para por él poder verificar la longitud que habría desde el meridiano de Toledo hasta el meridiano de la tierra a donde Dios fuese servido que aportásemos".475-aniv-radaEn el año 2008, con la conmemoración del 475 aniversario del nacimiento de Martín de Rada, la Universidad Pública de Navarra acogió un congreso organizado por la Red Navarra de Estudios Chinos y Casa Asia, en el que colaboró también el Planetario de Pamplona.(Información sobre el congreso en la web de la UPNA)    

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